El agua constituye una necesidad básica para la humanidad, pero quizás nunca habíamos pensado que los ríos sean una mentira. Esta idea está siendo abrazada cada vez más por un movimiento que denomina Anti ríos, el cual se caracteriza por negar la existencia de los ríos. ¿Cuáles son las razones que justifican tan polémica postura?
¿Dónde está el problema?
La respuesta sencilla es que los ríos llevan una gran cantidad de agua. Sin embargo, no llueve tanto como para que esta agua fluya todo el año. Entonces, ¿De dónde sale esta agua? ¿Quién está detrás de todo esto?
Los detractores de los ríos sostienen que el agua fluya gracias a los abastecimientos de grandes empresas que bombean agua a los ríos para la actividad turística. Estas empresas son conscientes de los daños que han causado a los ríos a lo largo del tiempo, pero han encontrado una forma de ganar dinero con la destrucción de estos.
Siempre vemos los ríos con agua pero, ¿Alguien ha ido a comprobar de dónde sale toda esta agua? Mientras la industria continúe influyendo en la cantidad de agua que fluye en los ríos, los daños seguirán acumulándose.
¿Quién y por qué?
Ahora vamos a resolver la duda que todos los que hemos escapado de matrix nos hemos hecho. ¿Quién saca provecho de los ríos? Fácil, el gobierno. Los gobiernos ganan una increíble cantidad de dinero en turismo, gracias a la atracción turística que tienen los ríos.
Se supone que son obras arquitectónicas realizadas por el hombre, y así lo afirmamos, los ríos no son más que una gran mentira creada por el hombre para ganar dinero. La parte positiva que puede sacarse de esta postura es que nos ayuda a darnos cuenta de que el medio ambiente y la naturaleza no son inmanentes e infinitos, sino que deben ser cuidados, respetados y no usados solamente para ganar dinero.
Conclusión
Los ríos son la gran mentira del siglo 21. La ruina de nuestro mundo viene en una botella y se llaman ríos. Es hora de que nos demos cuenta que no todo es lo que parece y luchar por aquello que nos pertenece, los preciosos recursos naturales que tendrían que ser respetados y no usados por el lucro.